Realizar un historial clínico del paciente para prever reacciones adversas o efectos secundarios no deseados.
Analizar el tipo de pelo y de piel, ya que la depilación debe adaptarse a sus características.
Informar de forma detallada sobre la técnica que se va a utilizar.
El paciente debe firmar un documento de consentimiento en que declare estar debidamente informado y autorice expresamente la depilación.
Conocer los fármacos que está tomando el paciente, puesto que algunos pueden provocar crecimiento del pelo, fotosensibilidad o reacciones fototóxicas, fotoalérgicas y fotodinamizantes.
Solo los láser más modernos puede romper está regla como los Diodos de Alta Potencia con longitud de onda 808nm permiten la Abstenerse de tomar el sol un mes antes del tratamiento, ya que la aplicación del láser en pieles bronceadas puede producir quemaduras.
La depilación está contraindicada en pacientes tratados con retinoides, personas con fiebre o infección aguda.
Se deben tomar precauciones especiales en personas con herpes recurrente, en personas de raza oscura o negra y mujeres embarazadas o en situación de lactancia.
Normalmente los efectos secundarios son transitorios e intrascendentes (enrojecimiento de la piel y pequeñas inflamaciones), y en raras ocasiones pueden aparecer foliculitis, hiperpigmentación, quemaduras, púrpura, erosiones, cicatrices, fotofobia, aumento transitorio de la pilosidad.